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Debemos tener cuidado de extraer de una experiencia solamente la sabiduría que contiene, y detenernos; no seamos como el gato que se sienta sobre la estufa caliente.

Nunca volverá a sentarse sobre una estufa caliente (y eso está bien); pero tampoco volverá a sentarse sobre una fría.

Mark Twain

viernes, abril 28, 2006 

Soberbia vs Humildad

Cada ves que tengo que hablar con alguna persona que tiene poder de decisión en alguna empresa, siempre trato de determinar que clase de ejecutivo es, lamentablemente y bajo mi criterio propio la mayoría de las veces he quedado sorprendido con las conclusiones a las que he llegado al respecto:

A medida que transcurre la conversación siempre saco a colación temas y actitudes cuya respuesta de mi interlocutor me permita percibir su rasgos màs importantes de actuación. A mi parecer he conseguido que uno de los rasgos característicos en la mayoría de estos ejecutivos es "La Soberbia". Por cierto este comportamiento en la ética medieval forma parte fundamenta de los siete pecados capitales del ser humano. (y que al parecer sigue vigente) En general es definida como "amor desordenado de si mismo". La soberbia es "un apetito desordenado de la propia excelencia" Bajo este precepto he encontrado las siguientes variantes:

La vanagloria: es la complacencia que sienten algunos de sí mismo a causa de las ventajas que tienen y se jacta de poseer por sobre los demás. Así mismo, consiste en la elaborada ostentación de todo lo que pueda conquistarnos el aprecio y la consideración de los demás.

La Jactancia: cualidad de los que se esmeran en alabarse a sí mismos para hacer valer vistosamente su superioridad y sus buenas obras. Sin embargo, no es contradictorio cuando tiene por fin desacreditar una calumnia o teniendo en miras la educación de los otros.

El Fausto: consiste en querer elevarse por sobre los demás en dignidad exagerando, para ello, el lujo en los vestidos y en los bienes personales; llegando más allá de lo que permiten sus posibilidades económicas.

La altanería: Se manifiesta por el modo imperioso con el que se trata al prójimo, hablándole con orgullo, con terquedad, con tono despreciativo y mirándolo con aire desdeñoso.

La ambición: Deseo desordenado de elevarse en honores y dignidades como cargos o título, sólo considerando los beneficios que les son anexos, como la fama y el reconocimiento

La hipocresía: simulación de la virtud y la honradez con el fin de ocultar los vicios propios o aparentar virtudes que no se tienen.

La presunción: consiste en confiar demasiado en la persona misma, en sus propias luces, en persuadirse a si mismo que es capaz de efectuar mejor que cualquier otro ciertas funciones, ciertos empleos que sobrepasan sus fuerzas o sus capacidades.

La pertinacia: consiste en mantenerse adherido al propio juicio, no obstante el conocimiento de la verdad o mayor probabilidad de las observaciones de los que no piensan como el sujeto en cuestión.

El remedio radical contra la soberbia es la humildad. Sean humildes con ustedes mismos, sean humildes con su familia, con sus amigos, con sus subordinados, con sus jefes y con todo ser vivo que de alguna manera deba tener contacto con Ud. a través de la vida. Recuerda que la humildad no le quitará valor como persona por el contrario lo enaltece.