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Debemos tener cuidado de extraer de una experiencia solamente la sabiduría que contiene, y detenernos; no seamos como el gato que se sienta sobre la estufa caliente.

Nunca volverá a sentarse sobre una estufa caliente (y eso está bien); pero tampoco volverá a sentarse sobre una fría.

Mark Twain

martes, abril 18, 2006 

Cuando el lugar de trabajo es una boca de lobo

Hoy vi este articulo y me parecio bueno publicarlo, ya que en nuestro pais es comun su practica:

Si bien el término “acoso” refiere a persecución, hostigamiento sexual, se dan casos en el mundo laboral donde el empleado suele ser blanco de presiones psicológicas. ¿El objetivo? Normalmente lo que el agresor busca es que la persona renuncie, que se vaya de la empresa, ya sea por cansancio o por afecciones a su salud.

Resulta lamentable, pero es una realidad palpable. Las denuncias al respecto son recientes, pues en el pasado los trabajadores se sentían tan intimidados que ni se atrevían a denunciar lo que en otros continentes es definido como el mobbing.

Se trata, crudamente hablando, de una tortura silente, que se basa en crear una atmósfera adversa, que genere fobia, que anule la capacidad de competir del empleado al punto de, prácticamente, salir corriendo al sillón del psiquiatra.

Las cifras que escasamente son mencionadas en algunos medios internacionales noticias que aparecen de vez en cuando en la prensa internacional no son una muestra significativa de las dimensiones del problema, aunque ya es un avance que se le dé cobertura a estos casos.

Al interior de la empresa

El acoso laboral no se refiere exclusivamente a la persecución sexual, aunque este aspecto está incluido en el fenómeno. Se trata, realmente, de la acción de una –o pueden ser varias personas de una organización contra un compañero con el propósito de que abandone su puesto. Estas acciones disminuyen la autoestima de los afectados por este maltrato psicológico reiterado.

Ante la pregunta de los porqués de esta actitud, surgen varias explicaciones. Frecuentemente se trata de aspiraciones individuales, donde prevalece una actitud mezquina. Pero la envidia –entendida como celos con respecto al éxito de la víctima es la mayor de las razones.

La experiencia y calificación de la persona, su alto rendimiento y motivación al logro, la edad –porque la juventud es motivo de recelos y el porte o belleza, despiertan envidia en algunos compañeros. Motivos halados de los cabellos, pero que pueden desencadenar comportamientos aborrecibles en quienes ven a sus colegas o subalternos como rivales. Es así como comienzan a ocurrir casos de desaparición perjudiciales, borrado de archivos en la computadora sin razón aparente; se observa poca colaboración hacia la persona nueva, ofensas, maltratos, restricciones de horario y espacio físico, amonestaciones injustificadas, menosprecio del esfuerzo y desempeño del trabajador, descalificación ante los demás o en comentarios de pasillo.

Cuando alguien considera que su status quo está siendo amenazado –sea cierto o no– se dispara la alarma y enfila sus defensas contra quien esté causando el “problema”. Si el afectado es fuerte e intenta sentarse con el agresor para aclarar las cosas, puede que la situación empeore. Su interlocutor quizás se burle, pero lo más seguro es lo niegue todo rotundamente, argumentando que “está viendo fantasmas donde no los hay”. Otro intento por descalificar al empleado.

Este fenómeno puede ocurrir en la relación superior-subordinado, subordinado-superior y entre iguales. Puede alcanzar dimensiones profundamente negativas dependiendo de la personalidad del/los acosado(s), la del/los acosador(es) y de las condiciones de trabajo.

Factores de estrés

Las agresiones y maltratos de la que son objetos los trabajadores pueden convertirse en el factor desencadenante de enfermedades o empeorar alguna ya existente.

Cuando el organismo detecta un desequilibrio debido a ciertos acontecimientos o estímulos negativos, debe hacer un esfuerzo adicional para restaurar el orden. Si los factores negativos persisten por un tiempo prolongado, la capacidad de recuperación del organismo disminuye y aumentando su vulnerabilidad a los agentes patógenos. En consecuencia, comienzan a aparecer gripes, herpes labiales, problemas de hipertensión, depresiones.

Puede afirmarse que el acoso laboral provoca reacciones psicopatológicas ante la influencia externa. Decenas de personas, que no aguantan la presión de superiores o compañeros, deciden tirar la toalla, renunciar e ir a casa, para recuperarse de la injusticia que han sido forzadas a experimentar.

Información importante:

-La asignación de tareas irrelevantes es la excusa más común para acusar a la víctima antes los superiores. Pero también está la asignación de actividades sumamente difíciles –incluso que no se relacionan directamente con el cargo– para que no las pueda concluir con éxito

-En países como España el acoso moral o psicológico en el trabajo es considerado delito. Suecia fue el pionero en esta legislación y en 1983 está tipificado como tal en sus leyes

-La ausencia de respeto hacia los demás es una de las razones principales en estos casos. Sin embargo, no se debe descartar alguna patología en los agresores o acosadores

-En el sitio de trabajo, a convivencia se ve profundamente afectada por la distorsión de los valores de quienes se transforman en acosadores, haciendo del lugar donde el individuo pasa por lo menos ocho horas de su vida en un infierno

Fuente: Marilin Pino A. -www.cvfuturo.com