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Debemos tener cuidado de extraer de una experiencia solamente la sabiduría que contiene, y detenernos; no seamos como el gato que se sienta sobre la estufa caliente.

Nunca volverá a sentarse sobre una estufa caliente (y eso está bien); pero tampoco volverá a sentarse sobre una fría.

Mark Twain

sábado, enero 28, 2006 

Jamás juzgues a alguien antes de tiempo

Todos los seres humanos tenemos en nuestra mente ideas preconcebidas producto de nuestra educación, credo, raza, ambiente, familia, etc., y son estas predisposiciones las que muchas veces no nos permiten ver con claridad los hechos y acontecimientos. La siguiente historia es un ejemplo digno de lo que les quiero decir, nos ocurre con mucha frecuencia en nuestra vida laboral cuando prejuzgamos a nuestros clientes, colaboradores y competencia. Aprendamos a juzgar a las personas objetivamente màs por el producto de los resultados de su gestiòn que por su apariencia fisica, color, religion, nacionalidad o por el simple hecho de la comodidad interior que nos producen , etc.

Hace unos días, un niño de alrededor de 10 años entró en una heladería y se sentó en una mesa. La camarera puso un vaso de agua en frente a él. -¿Cuánto cuesta un cucurucho de helado de chocolate?-, preguntó el niño. – Dos pesos cincuenta-, respondió la camarera. El niño sacó una mano de su bolsillo y examinó una cantidad de monedas... -¿Cuanto cuesta un helado de chocolate en vasito?-, volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando ser atendidas y la camarera ya estaba un poco impaciente. -¡Dos pesos!-, le contestó bruscamente. El niño volvió a contar las monedas... - Entonces quiero el helado en vasito-, dijo el niño. La camarera le trajo el helado, puso el ticket en la mesa y fue a atender otras mesas, refunfuñando por el tiempo que le había hecho perder el niño. Éste terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Poco después la camarera llegó a la mesa que el niño había ocupado, para limpiarla, y entonces le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puestos ordenadamente junto al plato vacío, había cincuenta centavos... su propina. ¡Jamás juzgues a alguien antes de tiempo!

Hola Alexander
Me emocionó esta história. Son las más simples que tocan dentro de nosotros...
Gracias por visitarme :)
Ya habia venido aqui más veces, pero sin comentar, pero tenia votado una vez ;)

Saludos desde Lisboa!

Gracias por tus comentarios, seguire colocando articulos reflexivos .
Saludos desde Venezuela.

Um olá aqui de longe da Finlandia.

MUY BUENA HISTORIA, Y LO IMPORTANTE QUE NOS DEJA UN MENSAJE A TODOS.

Saludos desde Chile!

Y no olvide visitar mi blog: www.rinconocio.co.nr

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